sabiduria

Wednesday, August 9, 2017

EL HIJO INSOLENTE

EL HIJO INSOLENTE
 
¿Qué significa insolencia? Es una cualidad personal cuando se habla o se actúa irrespetuosamente y hasta ofensivo. También le podemos llamar: atrevido, descarado, desvergonzado, procaz, impertinente, ofensivo, orgulloso, molesto. A menudo nos resulta un hijo respondón, arrogante, que replica a las órdenes que se le dan y se enfadan con los comentarios de sus compañeros o de los adultos, con gestos, desviando la mirada, suspiros sarcásticos, conducta que no debemos dejar pasar, hay que corregirla. No debemos dejar pasar estas cosas en nuestros hijos.
 
Aunque sabemos que la televisión transmite programas inadecuados para los niños o muchachos, nuestro deber es orientarle tranquilamente explicándole lo incorrecto de la actitud que acaban de ver en la tele; y, hacerle ver la manera correcta de comportarse; es decir, aprovechar el mal ejemplo visto en la televisión para enseñarle.
 
A menudo, en nuestro medio, son los padres los responsables de la insolencia de los niños y adolescentes. Ahí vemos al viejo platicando con sus amigos diciendo palabrotas y bebiendo licor; o bien, tratando mal a la esposa, a sus empleadas si las tiene, y hablando mal de alguien frente a sus hijos que absorben inconscientemente la conducta de su papá. Seguro que harán lo mismo y cuando se les pregunta dirán: “Si tu dijiste eso la vez pasada”
 
Si no son los padres, son los hermanos mayores o los familiares que se comportan como su papá; o en la escuela, imitan a sus compañeros mayores, por eso estemos pendientes del comportamiento de nuestros muchachos para corregirles inteligentemente. Hay niños maltratados, no queridos, quienes usan su mal comportamiento para descargar sus frustraciones, su rabia.
 
Estas actuaciones son en apariencia inocentes, cuando empiezan; a menudo, los padres le celebran al niño “su gracia”, así le llaman los ignorantes a la palabrota que el niño aprendió. No señores, hay que cortar este mal desde la raíz; quizá fue en la radio o en la tele que la oyeron y aprendieron, o sus amiguitosEsto, si no se corrige, lo llevan hasta que son grandecitos. Vean, el 90 por ciento de los niños en nuestro medio son soeces, malcriados, dicen sendas palabrotas y son
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vulgares; en casa son unos “santitos” ¿Qué fue lo que pasó? Que no le enseñaron desde niño a diferenciar el buen modo de hablar del lenguaje procaz y malvado. Por eso, señores padres de familia, no minimicen la realidad. Eso que dijo su niño no es una “ocurrencia “ni una “gracia” es una palabra fea, sucia, vulgar. Haz que no la diga nunca más. ¿Cómo?
Tú sabrás, eso sí, sin golpearle. Por favor, razona…Ignorar esta conducta en el hijo es como darle permiso a que sea un insolente siempre. No corregir al niño aunque estés en un lugar público puede ocurrir que al rato se le olvidó lo que hizo y lo volverá a hacer; por eso, al llegar al hogar, repetirle que aquello que hizo es dañino. Es mejor prevenir a tiempo.
 
¿Te parece difícil prevenir estas insolencias? Habla siempre con él, enséñale, dile como debe de hablar, como solucionar sus dificultades antes de que sucedan. Vamos a ver: Le pides que limpie su cama y sus cosas; se enoja el muchachito. No importa, párate frente a él con seriedad y oblígale a hacer las cosas que le mandas.
 
A veces no quiere ponerse la ropa que la mamá le puso en la camita, acércate a él y dile que si no le gusta que elija otra él mismo, pero sin mostrarle enojo, “con educación”.
 
A lo mejor está imitando a alguien, o al que vio en la tele; por eso debemos de estar siempre vigilantes de lo que nuestro hijo ve para enseñarle cómo deben de ser las cosas y no vaya a aprender detalles inapropiados. A veces se comportan violentos porque están cansados, aburridos, investiga, hazla de detective, quizá le atiborran de tareas escolares, muchas actividades para su edad.
 
Muchos niños se acostumbran a decir “guácala” a la hora de la comida. ¡Corrígelo! Dile que así no se habla, un niño educado sabe cómo decir las cosas bien; que no le diga a su mamá que su comida está cruda o mal hecha, este comentario debe de hacerlo en privado con ella.
 
Nunca actúes de manera exagerada ni armes la gran pelea con tu esposa porque defiende al malcriado, ten calma viejo, mucha calma, relájate, y di las cosas con respeto para que el niño te oiga y aprenda de ti lo mejor. Que el niño dijo una grosería, no le regañes, solo dile que
 
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esa forma de hablar no es la correcta, que aprenda a hacerlo mejor, que confías en él. A veces se enojan mucho, no lo hagas tú también papá, dile que entiendes su enojo, pero que los hombres nunca se enojan que eso no es propio, que te diga el problema para resolverlo juntos, es una bonita y efectiva manera de quitarles esa costumbre de enojarse por todo. Una vez que hayas calmado los ánimos del niño, regresa al tema que lo encolerizó y háblale, explícale; si ser padre, no es cosa fácil, me refiero a un padre de verdad.
 
Nunca le insultes diciéndole “tonto” o “maleducado” mejor te pones a platicar calmadamente con él y ayúdale, a lo mejor no puede hacer lo que le mandas o le exigen en la escuela. Otra cosa, dale oportunidad de elegir: ¿Quieres ir conmigo? ¿Te pones la camisa de cuadritos o la roja?, eso de que tenga poder de elección desde chico, es bueno. No vayas a salir conque ¡Ponte la camisa roja sin enojarte y te compro el juguete que me pediste! Así solamente lo estas recompensando por no hacer las cosas mal.
 
Tus órdenes deben de ser estrictas. ¡Ve a dormir! ¿Apaga esa televisión! No le preguntes si quiere hacerlo o no. A veces jugando, se resbala y dice “No me caí, tonto” ¡Ah, no. A mí no me trata así. Nunca!
¿Entiende? Ahí puedes elevar un poco el tono de voz.
 
Si en el súper mercado o la tienda quiere algo y se enoja porque no se lo compras. Dile con calma: Si te enojas, no te compro nada, o no te dejaré jugar con tu amigo hoy, y se acabó.
 
Cuando hables con tus amigas, mamá, por favor respétate, que no te oiga tu hija desembuchar tus formas groseras de hablar, ella aprenderá y te tratará igual en cualquier momento.
 
Quiero tocar algo de mucha importancia, espero no aburrirles, pero es necesario que comprendas que mucha televisión es negativa en la vida de niños y adolescentes; así como la tele les distrae, también es fuente de información, pero también puede resultar nociva en la formación integral de nuestros hijos. El valioso tiempo frente a una tele lo pierden para el estudio, para la lectura. Ahora niños de tercero y cuarto grado apenas pueden leer y no realizan sus tareas escolares por pasarse frente al aparato televisor. Hay detalles científicos que son
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interesantísimos e importantes, jugar para una interacción con otros niños, mejorar la relación familiar; ver mucha tele les dificulta la habilidad de desarrollo social, actividades muy necesarias para que se hagan seres íntegros y tengan siempre un liderazgo positivo.
 
¿Pero que sucede en nuestro medio? Que no hay control de los padres y los niños recogen información inapropiada. Una persona adulta logra diferenciar entre la fantasía y la realidad; un niño y un joven no.
 
¿Ya te diste cuenta que tu niño de siete años ve pornografía? Si, el 95%
de nuestros pequeños accede a canales pornográficos. Hay estudios recientes indican que niños entre siete y once años ven tele porno, aunque les pongan filtros. ¿Crees que está bien que tus hijos vean pornografía?; no, no está bien porque se está desvirtuando la verdadera respuesta sexual humana, son programas donde exageran las emociones. ¿Qué hacer, entonces?
 
El control parental. Los padres tienen que abordar el tema de la sexualidad con los hijos pequeños, hablemos con él tratando de desvirtuar el concepto negativo de estos programas. A cierta edad, es normal la curiosidad en los pequeños, especialmente cuando nos damos cuenta que están descubriendo su sexualidad, niños y niñas que se cargan de dudas y tanto el papá como la madre son los encargados de adiestrarlo en la verdad, además, los padres tenemos en contra los conceptos que reciben en la escuela de los niños mayores. Hay que educarles bien en esto, cuanto más pronto se hable de sexualidad con ellos, menos dudas, menos buscarán auxilio en la tele, además, crearemos en nuestro hijo una confianza más firme, cosa muy útil para ayudarles en su desarrollo.
 
― Sófocles

 
 
Dr. Alcides Caballero López            Miércoles 9 de agosto 2017