sabiduria

Monday, November 13, 2017

SERVIR


Tengo un buen amigo, peluquero de profesión a quien le doy mis escritos porque le agrada mucho leer y hoy, hizo un comentario que me agradó: “Doctor, me gusta leer sus escritos porque además de ser muy asertivo, que dice lo que piensa, transmite sus angustias, ansiedades, y problemas personales de manera que uno se sirva de ellos para aprender” De sus palabras me nace el deseo de definir lo que es: servir.
Pues no anda muy perdido el “maestro peluquero” porque el fin que persigo al escribir es precisamente el ser útil, servirle a quien lea mis letras. Y es que un acto servicio, automático, liberador de frustraciones y problemas, refleja con intencionalidad sincera  nuestra manera de ser, de comportarse, de razonar, y de luchar por ser mejores, para que quien nos lea, encuentre un camino viable y seguro que le aclarará la conciencia y la vista interna para visualizar la resolución de tanta dificultad que nos aflige, puesto que la mayoría, los que vivimos en este mundo hostil que nos rodea, sentimos miedo, angustias, preocupaciones; como si de un momento a otro fuera a estallar una bomba a nuestros pies. San Agustín decía que escribir nuestros pensamientos y penas era la raíz de una moralidad, como un camino hacia la virtud.
Viéndolo de esa manera, ser un sirviente es un honor, es el maravilloso compromiso de ayudar a nuestro hermano a encontrar el tesoro de virtudes que yace enterrado en lo profundo de su alma y que se sirva de él como si fuera a darle la mano al hermano que ha caído; es, pues la realización del hombre en un servicio impregnado del más puro amor; pero, ¿Cuál es la verdadera razón de esto? Bueno, medita y pregúntate y te darás cuenta de que Dios nos envió a este mundo a servir con acciones honestas que hagan realidad nuestra intención de ayudar a construir un mundo mejor para vivir.
Es igual que dar voluntariamente parte de tu vida para que otro viva en mejores condiciones, es el acto del “niño interior”, del ego, de entregar lo mejor de sí, lo que es en sí mismo sin esperar servirse de aquellos a quienes da. Es cierto que en toda empresa o institución hay un jefe con un personal a su servicio, sus empleados, quienes a pesar de devengar un salario se dan cuenta claramente que su jefe tiene la responsabilidad
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de manera iterativa o recurrente como líder, de permanecer atento al servicio de sus trabajadores, de sus empleados quienes laboran bajo su dirección para llegar a un fin, una meta, un objetivo.
Cuando pienso en todo esto anterior se me viene a la mente la palabrita “pastor”, no el que guía a sus ovejas, sino aquel que se para frente a un grupo en una iglesia y desarrolla temas bíblicos con el objeto de que quienes le oyen, cambien su vida por otra mejor. Lástima que muchos de estos guías han caído bajo las garras de la ambición, porque a menudo les vemos en sendos y lujosos automóviles, viviendo en casas con todo el lujo posible; y hay más, pero no quiero profundizar en esto porque siento como náuseas…
Perdónenme, pero esto de servirse de los demás llega a destruir toda relación interpersonal lesionando la autoestima del pobre quien, inocentemente les escucha y que se siente obligado a dar, a servir; sin darse cuenta que lo que hace, es enriquecer al patrón…
Me agrada cuando en una empresa, fábrica, institución, etc. Se establece un acto de colaboración transversal, de diálogo constructivo que no es más que un ejemplo de grandeza humana donde el jefe, se siente profundamente fortalecido y se llena de ánimo al darse cuenta de la generosidad, humildad y espíritu de servicio de sus empleados.
Alguna vez se han preguntado ustedes por qué Jesús lavó los pies de los apóstoles? Porque al hacerlo, al lavar y secar los pies a sus discípulos, les estaba dando una enseñanza de humildad y verdadero amor. Y Él, vino a servir no a que le sirvieran, y tú, engreído, quien muestras con orgullo tu poder y peroras que no naciste para ser el sirviente de nadie, ¿No te das cuenta de lo poco que eres? ¿Acaso no sabes que quien más sirve es mucho más hombre, el mejor amigo, el esposo ideal, el padre más útil para un hijo?
Servir es un acto de nobleza que está emparentado con el éxito porque todo aquel que da lo mejor que tiene, posee una gran virtud que unos ojos divinos ven con satisfacción desde lo alto quien no ve huellas de egoísmo; y, al contrario de desvirtuar tus cualidades, las adornas con lo más bello del ser humano: el amor.
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Por todo lo antes expuesto, te exhorto a que practiques constantemente tus virtudes especialmente la del servicio a los demás, da y sirve incesantemente porque algún día recibirás con creces ya que es una cualidad muy positiva para ti, como persona, y para quienes te rodean. No importa si tu servicio es pequeño, humilde, sin importancia aparente, todo tiene gran valor ante Dios; y recuerda que en todas partes y en todo momento está la oportunidad de ser útil, sirviendo, ayudando al amigo, a la esposa, al hijo, al compañero de trabajo; puesto que, ese acto de servicio, entregando tus talentos, habilidades, cariño y generosidad, no deben quedarse ahí, en las profundidades de tu ser, escondidos, guardados sin ser utilizados debidamente.
Nadie me está obligando a servir con estas palabras que escribo diariamente, ni es por resentimiento alguno, critica morbosa, o deseos de injuriar o desacreditar; nada de eso, simplemente creo que alguien muy íntimo me ordena hacerlo, me dice que debo ser generoso y procurar, con bondad, iluminar el camino de muchos quienes jamás han conocido la luz del conocimiento divino. Que me desprenda de mis experiencias para crecer, para enriquecer el alma de alguien quien sufre y desea un consuelo, y más en estos tiempos donde reina la envidia, el orgullo falso, la soberbia, la crueldad y la mentira.
Pienso que servir, es lo que todos estamos obligados a obsequiar al Padre Divino que nos creó; y, además, que es un modo progresivo de dar pasitos por la vereda del éxito, una aptitud necesaria para sentirnos mejor en medio de este medio hostil y envenenado por el odio en que estamos viviendo.
“Si queremos un mundo de paz y de justicia, hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor”
Antoine de Saint- Exupéry
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Dr. Alcides Caballero López         Sábado 2 de septiembre 2017